miércoles, 23 de abril de 2008

Gato

Gato tambalea cola en mármol y rejunta pelo; bola de pelo escupe alfombra y todo trasluce angustia. Aunque.
El gato es más bien un perro, su madre es perro, su padre es perro, hasta sus hermanos cachorros se olisquean los rabos y levantan la pata trasera para orinar. Sin embargo.
Se ovilla deshojando una margarita que saca de la basura. Maúlla un guau asordinado y se siente importante y triste a la vez, mientras hace equilibrio en la medianera con la casa de al lado, donde tienen una siamesa en celo.
Siente todo el peso absurdo y apócrifo de la genealogía que le dice –le grita– que es un perro, un pomerania jaspeado con ojos tristes.
Lucha interna y desgarradoramente, se deshace tratando de maullar como todos los michifuses de aquí junto, travistiendo su garganta hasta lo innombrable.
Cola tira florero que cae y se hace moco. Semejante mastodonte trepado al televisor ¿a quién se le ocurre? La señora ya viene con la pala. Barre, seca, reta.
Gato dudosamente aperrado (apenado) repliega cola entre patas de atrás, se hace una bola y se duerme sin comer en su canasto de mimbre.
Gato dice guau, dice guiau y se pone contento. “Ya casi”, piensa mientras practica un ronroneo nefasto que anhela serlo, y que no pasa de un gruñido mal dicho.
El ovillo perruno duerme y sueña con tazones de leche y bigotes en arco. Sueña que corre y escupe bolas de pelo, que maúlla en La menor con picos agudos en Si y en Mi sostenido; se regocija en su sueño con una libertad que se le escapa en la vigilia. Dormido no es ni guiau ni guau, es un miau elegante y rubicundo que acaricia el paladar cada vez que se lo dice, convocando al azoramiento de la señora y el señor.
Gato despierta melancólico, los ojos abiertos se lo llevan todo otra vez...
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Lo que comenzó como una distracción, mientras las medias se descorrían sobre las piernas, el vestido tomaba su lugar, y el rimel renegría las pestañas de mi mujer, acabó pareciéndome pintorezco y elegante. Así pues, he aquí este gato-perro conpungido que, más alla de todo, sabe muy bien lo que es.
N.R.