viernes, 19 de agosto de 2011

Fragmento


Ahora todo se me confunde a través de una pila de papeles, de una deformación de la letra, las palabras una vez escritas tienden a eso, mutan, se trastocan, dejan de significar. Mi pila de papeles dice que ella se mantuvo al margen, deseando sin obrar, y que nosotros la escuchamos, aceptando lo que nos leía a través de su voz, de sus versos injustos, superlativos, tomando la posta de sus silencios y rellenándolos con alusiones a un pasado en el campo, a una infancia de extramuros; todo eso con una cotidianeidad que nunca fue fingida, que siempre estuvo ahí para nosotros. Yo la comprendía, podía comprenderla, pero no se trataba de eso, nunca fue eso más que en ocasiones aisladas, por lapsos minúsculos de tiempo, las formas van perdiendo de a poco todo el sentido, se dejan llevar por el instinto y la creatividad, hasta no ser más que un rompecabezas inacabado al que, con los años, se le han ido extraviando las piezas.

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