lunes, 18 de junio de 2012

Poema 46



Verano invisible, despierto en la hierba contra tus brazos, y el misterio siempre es un texto del tiempo, una urgencia oscura. Huyo sonriendo, intento el sabor de la esencia en infinito otoño, en absurda primavera, salvando los segundos.
Me inunda mirarte, eterno susurro sordo, cálido, temprano. Verte voraz y solitaria, alma mojada e inquieta. Soñar entre las pupilas es vivir antes, es tenerte mañana.

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